Perú: Lo que nos deja el 2012, lo que viene el 2013
Ollanta
Humala cierra el año recuperando algo de popularidad, con una
aprobación a su gestión presidencial de alrededor del 50% (Ipsos-Apoyo, GFK). Como
otros han advertido se trata de un porcentaje significativo en
comparación con sus dos últimos antecesores, quienes tras año y medio de
gobierno estaban en caída libre. Una explicación simplista diría que
esto ocurre por el aprendizaje natural de los cuadros en el ejecutivo o
por el incremento del presupuesto público. Sin embargo, ambas condiciones también
las tuvieron los anteriores gobernantes y siguieron cayendo.
Creo que tras el desconcertante giro a la derecha con Valdés, el
gobierno regresó hacia el centro presionado por la movilización social
inicialmente proveniente de los conflictos socioambientales y luego por
los sindicatos estatales más consolidados.
A diferencia de quienes,
desde la derecha o la izquierda, sostienen que estamos en piloto
automático, es evidente que Humala está más al centro que García y
Toledo. Si bien se le puede reprochar que su posición no se debe tanto a
una convicción ideológica (que ha demostrado ser bastante flexible), encontramos que ha logrado resolver ciertas demandas que en el pasado él
mismo acompañó y que, de alguna manera, la calle lo ha regresado a la hoja
de ruta.
Ahora, el 2013 pinta interesante por los aumentos de
sueldo ganados por maestros, médicos, policias y fuerzas armadas;
se prevee una mejor articulación de los programas sociales; el
desarrollo de proyectos energéticos y de infraestructura claves. Además,
aparentemente tendremos una coyuntura favorable por el caso de La Haya.
También está claro que aún falta mucho por hacer y resolver en varios sectores. Sin embargo, a
riesgo de parecer ingenuo, espero que Humala se haya dado cuenta que la
clave está en escuchar al pueblo, más que seguir las recomendaciones
Confiep (aunque estos signos aún no son claros).
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