sábado, 16 de febrero de 2013

Ecuador: Correa quiebra clivajes regionales e ideológicos



Los politólogos ecuatorianos Simón Pachano y Santiago Basabe no comprenden cómo el presidente-candidato Rafael Correa puede sostener una alta intensión de voto. Las últimas encuestas publicadas lo sitúan con un promedio de 50% para los comicios de este domingo 17 de febrero. 

Según los sondeos Correa alcanzaría un resultado muy similar con el que ganó las elecciones en primera vuelta (51.9%) el año 2009. Para algunos analistas ese fue el mejor momento del presidente porque articulaba a gran parte de los sectores de la izquierda.

Sin embargo, repetir un resultado similar al del 2009 sería, para algunos, una situación muy inverosímil,  teniendo en cuenta que varias personas que lo acompañaron en la primera etapa de su gobierno lo han abandonado y se han convertido en opositores.

Desde esta perspectiva la competencia con otras candidaturas de izquierda, como la de Acosta y Wray, restaría votos a Correa.  En un análisis que divide el espectro de electores entre izquierda y derecha no habría espacio para que el candidato–presidente gane más votos con la promesa de profundizar la revolución ciudadana.  Además, intuyen que todo gobierno se deteriora de forma casi  natural con el paso del tiempo y que el voto indeciso o escondido iría en su mayoría al principal candidato opositor.

Esta argumentación ha sido rebatida por el politólogo Franklin Ramírez y se sustenta con datos de una reciente investigación del economista Carlos Larrea (UASB) y el Consejo Nacional Electoral sobre la evolución del voto de las elecciones ecuatorianas, durante la última década, con mapas geo-referenciales.    

Ramírez considera que si bien el porcentaje de votos que obtendrá Correa es similar al de las elecciones del 2009, la composición de los votantes ha cambiado.  Es decir, Acosta y Wray le pueden haber quitado un 5% de votantes de la izquierda más ecologista e indigenista.  Pero el presidente ha expandido su votación en diferentes sectores populares que en anteriores elecciones estaban con Noboa y en menor medida con Gutiérrez, candidatos populistas de derecha que en el actual proceso lucen disminuidos.

Esta lectura coincide con la tendencia de los datos observados en los mapas de Larrea sobre la votación de Correa en las elecciones presidenciales del 2006, 2009 y los resultados del referendo del 2011. En las imágenes se evidencia como los clivajes regionales, que hasta el 2006 diferenciaban la votación, se han ido difuminando.  

Click para agrandar imagen.



En la primera elección Correa obtuvo sobre todo votos urbanos de las provincias de Pichincha, Azuay y El Oro.  Ese apoyo le permitió acceder a la segunda vuelta en segundo lugar, para luego derrotar a Noboa.








Click para agrandar imagen.




En el 2009, que se definió en una sola vuelta, el voto correísta se extendió, además de las provincias del 2006, a Imbabura, Carchi, Santa Elena, Loja y parte de Guayas. 





 


Click para agrandar imagen.
Uso de forma referencial el resultado de la pregunta 5 porque
se acerca al promedio alcanzado por el conjunto del referendo 


El referendo del 2011 se planteó como un plebiscito a favor o en contra de gobierno, con fuerzas muy similares a la actual configuración electoral.   Aquí el voto por el Sí fue alto en regiones que anteriormente no había logrado un apoyo fuerte, es decir, en casi toda la costa y en algunos sectores del nor-oriente.






Además, debemos considerar que si bien el voto por Correa en la sierra central  y en la amazonia no es mayoritario se nota una evolución en ascenso.  Su respaldo se ha extendido por el país rompiendo clivajes costa/sierra.  Igualmente, a pesar que los sectores más acomodados le han dado la espalda, ha ganado un fuerte respaldo del sector popular y el medio emergente. Esta situación se visualiza muy bien con el mapa de la votación por parroquias de Quito en el 2011.

Click para agrandar imagen.
Los barrios más acomodados de Quito votaron mayoritariamente a favor del NO.
Uso la pregunta 5 por la misma razón expuesta en la anterior imagen.
Observando estas tendencias se comprende mejor el respaldo extendido que tiene el presidente Rafael Correa, en casi todo el Ecuador, como consecuencia de una serie de intensas políticas de inversión pública en infraestructura y temas sociales. El trabajo del gobierno central es palpable y está sustentado con un discurso de inclusión y de fuerte combate de la desigualdad, en el marco de un periodo de bonanza económica.  En este contexto el gobierno se ha ganado el apoyo mayoritario de la ciudadanía que rechaza las dispersas opciones opositoras.

ACTUALIZACIÓN
Correa ganó las elecciones presidenciales del 2013 con el 57%. Obtuvo el porcentaje más alto de todas las elecciones en la que ha participado. La única provincia en la que ganó un candidato opositor fue Napo, tierra natal de Lucio Gutiérrez.