domingo, 7 de diciembre de 2008

¿Cómo se construye una noticia espectacular?

Emilio Fernández Cicco escribe ácidas críticas en su columna Secretos inconfesables del periodismo. Lo pueden ubicar en hipercritico.com. Aquí les dejo con algunas líneas de su artículo ¿Cómo se inventa un boom?

Los editores suelen ser gente que vive encerrada, mirando la tele y leyendo a la competencia, gente envenenada, contracturada, mal dormida, con problemas de hipertensión y tabaquismo. Como les decía, se puede esperar cualquier cosa de una reunión de editores. Pero lo peor que se puede esperar es que emerja de allí una nota de fantasía, una nota inventada sin pies ni cabeza, algo que nunca vas a ver mencionado en ningún manual de periodismo. ¿Y cómo nace una nota inventada? Es una hipótesis que se le ocurre al jefe máximo -es decir, al director que suele vivir más encerrado y más envenenado que todos los demás- y tu tarea es poner a prueba ese disparate por todos los medios posibles. Normalmente, un periodista que lleva sus años en esto, tiene una agenda con fuentes de confianza a quienes apelará a la hora de certificar el disparate. “Pero eso es un disparate”, repetirán una y otra vez las fuentes. Y, lejos de sentirse persuadido, el trabajo de este buen periodista es tratar de que ese disparate se convierta en realidad. Pues un medio podrá decir cualquier pavada, pero jamás podrá salir en blanco.

Hay redactores que parecen mandados a hacer para esta clase de notas inventadas. Sin un solo dato escriben y escriben con una solidez argumentativa ejemplar. Siempre los admiré. Suelen ser unos cínicos, el mismo cinismo que tendría usted si trabajara en una fábrica de salchichas y supiera cómo coño están hechas. Esta gente sabe la materia con la que está fabricada la verdad que usted consume. La verdad salchicha. Ellos disfrutan viéndolo saborear una verdad que hasta un perro la huele y desconfía.

Gracias a esta sociedad, los famosos tienen cada vez más trabajo. Y los periodistas tienen tapas para vender. Ellos, las celebridades, [y los políticos] ponen la semilla, nosotros le damos la tierra, el sol y los fertilizantes. Y así crecen esas plantas espantosas. Esas plantas floridas y llenas de colores, que no sirven para un carajo.